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miércoles, 29 de marzo de 2017

Tiempo máximo de un niño frente a pantallas.

Supongo que este tema haya salido, incluso de manera repetitiva, en la familia: "¿Es bueno o no que pasen tanto tiempo con la videoconsola?". Y quien dice videoconsola también dice "con el móvil", "en Internet", "con la televisión"...

Pero para evaluar lo bueno o lo malo de que un niño pase determinadas horas frente a una pantalla, lo primero que hay que entender es el efecto que ello produce. Una vez conozcamos este aspecto ya podremos decidir qué debemos hacer. O de otra forma, no es un asunto de costumbre o de creencia intuitiva, sino que realmente, pasar muchas horas frente a las pantallas produce ciertos efectos que debemos conocer si es que queremos evitarlos.

Los niños contactan con las pantallas cada vez con edades más tempranas. Veamos qué sucede.

Fuente: http://www.pcadvisor.co.uk/
Leyendo otros artículos e informes me quedo asombrado cuando llega a mi algún dato como que "con tres años, el 75% de los niños estadounidenses ya tienen su propio dispositivo móvil". No penséis exclusivamente en un teléfono móvil cuando nos referimos a un dispositivo móvil, sino en todo el universo móvil: tablets, teléfonos, pequeños ordenadores,...

Otro dato que me llama la atención es el tiempo que los niños pequeños pasan viendo esas pantallas: un niño en edad preescolar estadounidense pasa "una media de seis horas frente a ellas".

Seguramente os llame la atención que hable de estadísticas de Estados Unidos, pero aunque los hábitos de la sociedad americana puedan variar respecto a la europea, creo que son tendencia y, como mínimo, vamos a la zaga. En este sentido quizá sean un aviso y, con ello, una ventaja para evaluar la situación. Al fin y al cabo ¿quién no ha puesto a su bebé frente al televisor a ver dibujos y canciones repetitivas? O ¿quién no deja el móvil a su niño cuando empieza a "dar guerra"? O ¿quién no le regala una tablet cuando el resto de sus amigos ya tienen una? Pensadlo.

El problema del exceso de contacto con las pantallas, según estudios, se basa en que el cerebro de un niño es un cerebro en formación (más cuanto más temprana sea la edad). Este cerebro es una esponja que absorbe todo tipo de información de manera que va asimilando situaciones en las que al interactuar obtiene algún resultado. Cuando ese resultado se traduce en placer (también al contrario) las neuronas de su cerebro fijan esa situación. Por el contrario, otras situaciones pasan desarpercibidas, se descartan. Así, el cerebro se va adaptando y desarrollando. Respecto al tema del placer os invito a leer sobre la dopamina.

Es por ello que cuando un bebé logra interactuar con el medio que le rodea vuelve a repetir una y otra vez la misma acción. ¿Cuántas veces habéis dado algo a un bebé y lo tira, y así una y otra vez...? Se debe a que ha encontrado una acción mediante la que logra cierto control de su entorno y eso produce placer.

Bien, con las pantallas sucede lo mismo, pero con tres grandes diferencias: la inmediatez, el flujo constante y una mayor combinación de situaciones placenteras. Un cerebro en formación se acostumbra a este flujo constante y rápido de situaciones placenteras en las que haciendo cosas sencillas logra premios y estímulos constantes (es el truco de los videojuegos) a cambio de un mínimo esfuerzo. Pero esa no es la velocidad del mundo real: cuando el bebé tira algo, alguien lo recoge y se lo entrega, pero le pone límites y, además, el juego resulta más lento. En el mundo de las pantallas no se detiene la actividad.

Fuente: http://indianexpress.com
El resultado final de este tipo de crecimiento cerebral es que el niño requiere un flujo rápido de información, necesita inmediatez y variedad constante de estímulos y eso es totalmente contrario a escenarios en los que se precisa atención. Como poco los periodos de atención se acortan. Y lo mismo sucede con el comportamiento, pues se vuelve compulsivo, poco paciente. Quizá ahora podáis ir identificando ciertos rasgos de comportamiento en vuestras propias situaciones familiares.

A parte de todo ello, cuando hablamos de adolescentes, intervienen más factores al interactuar con internet muchas horas puesto que, aunque sea innegable que las redes sociales supongan un nuevo medio de socialización, en épocas de desarrollo de la personalidad restan relación con el mundo real y cercano generando, en muchos casos ficción y aislamiento. Y, por si fuera poco, falta de descanso pues no es nada extraño que estén pendientes de los mensajes y otros temas incluso en la madrugada.

Os recomiendo la lectura de estos artículos sobre control parental en el que se recomiendan algunas aplicaciones para tratar de supervisar y regular los tiempos de uso de los dispositivos por parte de los hijos: Control parental: la aplicación Secure Kids y Control parental: la aplicación Qustodio.

Ya contestando al título del artículo, resumo una serie de criterios o consejos derivados de estudios:
Ya por terminar, decir que todo lo multimedia es bueno si está bien administrado porque también es cierto que muchos estudios denotan el crecimiento cognitivo gracias a ello.


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