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lunes, 9 de octubre de 2017

Grooming... a la caza del menor.

Desde hace años adoptamos “anglicismos” con suma facilidad. Éste del “grooming”, si lo traducimos directamente, es algo así como “hacerse novio de alguien, encandilar, acicalar”. Pero trata de reflejar una situación, cuando menos, perversa.

Para entenderlo te pongo un ejemplo: Tu hija (o hijo) hace uso de alguna red social con normalidad y, un día cualquiera, alguien contacta con ella y surge una "bonita" amistad. Nunca habrá visto a esa persona pero, aún así, la amistad irá creciendo y la confianza se confundirá con otras cosas de manera que esa persona irá logrando poco a poco el control de tu hija… La estará llevando "a su terreno".

El truco es viejo: “Dime lo quiero oir y haré lo que tu quieras” (te recomiendo la lectura de "Te van a  engañar con ingeniería social"). Bueno, pues a ello súmale que quien está detrás de ese perfil supuestamente real con mucha probabilidad, y aunque dice tener la edad de tu hija, resultará ser un adulto con dudosas intenciones...

¿Quieres saber lo que pasa por la mente de quien acosa de esta manera? Te recomiendo este artículo: "Grooming,... en la mente del acosado (groomer)"…

Este caso que te planteo es bastante más corriente de lo que puedas pensar. De hecho es preocupantemente común.

Y te preguntarás por qué sucede… ¿un simple pasatiempos? No, es obvio. La cuestión es bastante más compleja y peligrosa. Las motivaciones que suelen estar detrás de estas actitudes son:
  • Suplantación de identidades, para engañar y conseguir confianza y datos.
  • Chantaje, una vez se dispone de determinados materiales como fotografías íntimas.
  • Encuentros, habitualmente con una finalidad puramente sexual.
  • Conseguir imágenes con las que alimentar redes pedófilas.
Es decir, tras estas inocentes y encandiladoras relaciones en las redes sociales nos encontramos ni más ni menos tras actividades delictivas graves como:
  • Exhibicionismo.
  • Amenazas.
  • Abusos sexuales y prostitución.
  • Chantajes.
  • Explotaciones y producción de material pedófilo.
  • ETC.
Entonces, ante este panorama, ¿qué puedes hacer si eres padre o responsable de un menor? PREVENIR. Lo primero es, desde edades tempranas, educar en el uso seguro y responsable de Internet. ¿Verdad que cuando se acompaña a un menor por la calle se le van dando indicaciones de precaución? Del tipo “mira para cruzar”, “no tires papeles al suelo”, “cuidado, no pongas el pie ahí”... Entonces, ¿por qué no hacerlo al navegar por Internet?

Debes navegar con tus hijos, de manera conjunta, porque cuando os encontréis “cualquier tipo de contenido” tú sí podrás explicarle lo que es y lo que no debería ser. Es decir, tú podrás fomentar su capacidad de criterio, así como hacer crecer su gestión emocional. No irán “en blanco” a un mundo de información en el que la picardía será su peor enemigo. Y, además, lograrás incentivar la confianza y los lazos afectivos mutúos con lo que, el día que surja algún problema, todo fluirá de manera más natural.

Pero no se trata únicamente de una cuestión de tener criterio cuando alguien les trate de encandilar ya que eso sólo es una parte. Es cuestión de que sepan que no se debe compartir cualquier cosa ni cualquier dato: Todo lo que se publique son pistas para los demás y si alguien se quiere aprovechar, utilizará esa información “para saber qué decir” o para saber “cómo comportarse” a la “medida de ese menor”. ¿Entiendes? Es decir, debe cuidar su privacidad y su reputación. O de otra manera, deber tener cuidado con lo que se llama su "identidad digital" (nuestra representación y exposición en Internet). Mira este artículo: "El peligro de publicar fotos personales en Internet".

Si algún día te ves en alguna de estas situaciones, ten en cuenta estos consejos:
  • Mantén la calma. El nerviosismo sólo acentúa el conflicto y no deja razonar.
  • Jamás accedas a chantajes. Piensa que si lo haces, además de fomentar estas oscuras actividades, nunca tendrás la seguridad de que todo haya acabado ahí.
  • No culpes al menor, al contrario, estate de su parte porque lo más seguro es que lo hayan convencido de mil maneras para haber actuado de la manera que lo haya hecho.
  • Guarda las evidencias que puedas (haz pantallazos en lo que se vean las conversaciones, fotografías y lo que sea necesario). Usa herramientas como eGarante.
  • Reporta los hechos a la red social implicada (en su centro de ayuda siempre hay un lugar en el que reportar).
  • Recurre a las Fuerzas del Orden: Policía Nacional y Guardia Civil.
  • Si se han difundido imágenes, ten claro que va a resultar muy complicado tener la garantía de que borren en su totalidad. Pero puedes recurrir al “derecho al olvido” en los navegadores para que retiren de sus resultados de búsquedas aquellos enlaces que puedas encontrar y en los que aparezcas tú o tus hijos.
  • Sopesa la posibilidad de contar con alguna ayuda especializada: psicólogos, terapeutas, etc.
Si tienes dudas sobre esta actividad o la sufres, o sobre cualquier otro tema realcionado con el ámbito de los menores y su uso seguro y responsable de Internet, tienes a tu disposición el número gratuito y confidencial - 900 116 117. Es un número que pone a tu disposición IS4K - Internet Segura For Kids (de INCIBE, Instituto Nacional de Ciberseguridad del Gobierno de España). 

Por último, puede que también te interese: "Comunidades peligrosas y los menores".

1 comentario:

  1. Muy interesante este post, gracias por tu recomendación.
    Desde Internet Segura For Kids ayudamos a menores, padres, educadores y profesionales del ámbito del menor sobre temas relacionados con Internet y sus riesgos (grooming, sexting, ciberbullyng,uso excesivo, mediación parental...).
    Estaremos encantados de ayudar a través de nuestro teléfono gratuito y confidencial 900 116 117 o si lo prefieres a través de nuestro formulario de ayuda: https://www.is4k.es/ayuda

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